martes, 22 de marzo de 2011

Capitulo 24


Juan se levanta desnudo de una cama en la que está un chico desnudo, dormido. Juan está algo bebido. Mira al chico con el que se ha acostado.
--¿y este como se llamaba?
Lo deja dormido, va a buscar a Silvana. Le gusta que Omar vea como se acuesta con ella y le sirve no sólo como coartada si alguno de los chicos con los que se ha acostado dice que es gay, sino también para que todos sepan que no respecta a la mujer con la que va a casarse.

Semanas después…
Omar entra en el cuarto de Juan en la casa en la que ambos viven ahora. Se sorprende al verlo dormido desnudo al lado de Silvana.
--¡¡Juan, tío, que es esto¡¡?
Juan abre los ojos medio dormido:
--¿Qué pasa?
--¡¡pues que hoy te casas, ya deberíamos salir para el juzgado¡¡
--vale, vale. Ahora salimos.
Juan se levanta desnudo y se va al baño. Omar mira a Silvana molesto:
--también esta noche te has tenido que quedar?
--¿Qué pasa, tienes celos porque contigo sólo me acosté una vez y con tu amigo lo hago todos los días?
Omar la mira con desprecio y dice:
--tú eres una cualquiera, por eso te acuestas con un hombre comprometido. A mi no me interesas.
Omar se va y Silvana se queda triste:
--pero yo te quiero a ti –dice frustrada.

Con mucha rapidez, Juan se ha puesto unos jeans y una camisa y se acerca a Omar:
--bien. Ya estoy listo.
Omar lo mira sorprendido:
--así te piensas casar?
Juan se mira y dice:
--¿Qué pasa?
--que no creo que a tu padre le haga gracia.
--Menos gracia me hace a mi casarme con esa niña que ni conozco.
--no te quejes que tú te lo buscaste.
Los dos amigos salen juntos.

En ese mismo momento, Yolanda vestida de blanco se mira al espejo. Lleva un elegante vestido de novia que la hace parece mayor de lo que es. Ella no deja de mirarse extrañada, es su sueño, casarse con el chico que le gusta pero no esperara que eso pasara tan pronto. Juan padre la mira con emoción. Siente unos sentimientos que no entiende. Por un lado está feliz de que esa joven que está aprendiendo a querer y mucho vaya a ser de su familia y por otro lado, siente unos sentimientos parecidos a los celos. Le gustaría estar en lugar de mi hijo.
--Pareces una princesa. --dice él extasiado.
--¿de verás no es muy aparatoso? No sé, la boda será muy sencilla.
Con mucho cariño, el hombre le baja el velo. Los dos tiemblan al sentirse tan cerca:
--una novia es una novia. Debes casarte como una señora. Es tu día, disfrutalo.
--Me veo tan rara.
Él la acaricia.
--mi hijo es muy afortunado por tenerte –dice.
Y luego sin que la joven lo oiga dice para sí:
--si yo tuviera unos años menos, cuanto me hubiera gustado tener una novia como tú. Tú nunca me habrías traicionado.
--Pero no me quiere. No lo he visto ni un solo vez --dice ella con tristeza.
La joven agacha la mirada, él le acaricia la barbilla. Le levanta el rostro con mucho cariño:
--pero va a ser tu marido. Tu sueño se te cumplirá, vas a darle un hijo, mi nieto.
--pero, siento que lo estoy obligando a que se case conmigo. Yo no sé si es buena idea.
Al hombre le angustia mucho pensar que pueda pasar algo que anule esa boda.
--¡mi hijo te faltó y tiene que cumplirte como hombre. No hay de otra¡¡
--es que… --dice ella insegura.
El hombre no la deja seguir:
--Pero es lo necesario. así te podrás quedar con nosotros. conmigo.
Se sonríen.

Omar y Juan llegan al registro civil. Félix ya los espera. Va muy elegante, parece el novio.
--¿y esas fachas? No sabes que hoy te casas? –Félix.
Omar burlón:
--pues parece que no. Y desde luego que a nadie se le ocurra felicitarlo.
--Pues tampoco es para tanto, si no te quieres casar no te cases --dice Félix.
Juan lo mira como si fuera tonto:
--¿y crees que yo no he pensando en eso? Ese hijo es mío. Me dijeron que la prueba de sangre no falla nunca.
--pero mira que tú también, me parece humillante que obligaras a esa chica a hacerse una prueba para asegurarte que eres el padre. Yo nunca dudaría si una mujer me dijera que soy el padre de su hijo. Una mujer nunca miente en eso. Dicen que esas pruebas son peligrosas. --Félix.
--Ni tan peligrosas porque no pasó nada. Además la prueba es necesaria para no sé que trámite y ultimadamente, me caso y punto. Mi hijo tendrá todo de mi y ya está. ¿Qué más quieres?
--¿y ella? –Félix.
--A esa ni me la nombres.
--Pues ves, aún estás a tiempo. No te cases, para hacerla infeliz no te cases. --Félix.
--No puedo hacer eso porque me pondría mi padre en contra, él parece que sea el padre de ella y no el mío. Ella ya sabe como están las cosas así que luego a mi no me venga con reclamos.
Omar no los está escuchando, sonríe con cara de degenerado. Están llegando Rubén con Ana y Marianela.
--¿y estos? –pregunta Juan.
--yo los invité. Son nuestros amigos –Omar.
--¿y porque hiciste eso?
Félix está mirando a Marianela. Los dos se miran con cierta vergüenza pero con mucho interés.
--ya sabes que dicen que después de una buena boda, pues un buen polvo --Omar.
Félix mira a Omar:
--ojo con mi chica.
--No es tu chica y si tú no te espabilas…
Juan los interrumpe:
--¡¡pero es que aquí no habrá ninguna fiesta¡¡¡eso quedó muy claro esto es un puro trámite. Después cada uno para su casa.
Omar mira con deseo a las dos chicas que se van acercando:
--pues mejor, la fiesta puede ser particular.
Cuando se acercan, Félix y Marianela se miran y no se atreven a decirse nada. Con mucha ironía, Ana besa en la mejilla a Juan y le dice:
--¡¡felicidades, debes estar tan feliz¡¡


Juan no dice nada pero no abandona su cara de funeral. Rubén es más discreto, sólo encaja la mano a su amigo. Adri está llegando en ese momento, Rubén está de espaldas.
--¡madre mía¡ ¡¡en vaqueros o en traje este macho está buenísimo…¡¡que culo¡ --dice Adri para sí.
Adri está pendiente de Rubén y ni se acuerda de saludar a Juan. El culo de Rubén enciende a Adri que babea por él. El novio tiene muy mala cara. Está deseando que acabe todo.
--¿y por cierto? ¿Dónde están? Creí que llegábamos tarde ¡¡ya no aguanto más. Si no llega en seguida yo me voy¡¡ --dice nervioso.
--tranquilo sobrino que las novias siempre se retrasan. --dice Elisa que acaba de llegar.
La mujer saluda a su sobrino.
--que sorpresa. ¿tú aquí? –Juan.
--sí, ya sé que tú no me invitaste y te tengo que regañar por eso, pero tu padre me avisó. Si fuera por ti no me entero. Mira que no invitar a tu tía a tu boda.
Juan mira a su tía con cara de amargado:
--supongo que sabrás como has estado las cosas.. ¿no?
--Pues la verdad es que no mucho. No entiendo nada.
--Esta boda es cosa de mi padre así que yo no te tenía que decir nada ¿por cierto? ¿y Luis?
--tenia un compromiso, no pudo venir y como recién nos enteramos de la boda pues tampoco lo pudo cancelar.
--tampoco hay que cancelar nada. Serán sólo unos minutos. No habrá fiesta ni nada.
Elisa mira de arriba abajo a su sobrino:
--que boda tan rara. Mira como vienes. Con lo tradicional que es tu padre. No le hará ninguna gracia. Estos jóvenes de hoy en día.
Elisa quiere abrochar la camisa a su sobrino pero éste no la deja:
--así me gusta a mi.
--pero es que en las bodas hay normas. Uno no puede casarse así como así. No creo que a tu futura esposa...
Juan la interrumpe:
--yo no me meto en como vaya a ir ella, así que espero que ella haga lo mismo.

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