martes, 22 de marzo de 2011

Capítulo 17



Juan hijo mira a su padre sorprendido.
--¿te has vuelto loco papá?
Juan padre se siente culpable de su propuesta, una propuesta que quiere plantearse como un sacrificio pero piensa en la tierna mirada de la chica y siente cosas. Cosas que le hacen sentir bien y mal a la vez.
--bueno, tú no me dejarías otra opción. Dejar a Yolanda desamparada ya es cruel pero más si espera un hijo, un hijo tuyo. Si tú no estás dispuesto a aceptar tu responsabilidad, lo tendré que hacer yo.
--No es eso. Tú has sido el mejor padre del mundo. Tú te has desvivido por mi y yo nunca negaría a mi hijo.
--me alegro que digas eso. Creí que me ibas a decepcionar, que no te enseñé los valores de la vida.
--Lo que pasa es que este no es el mejor momento y no con ella. Yo no quiero tener un hijo con Yolanda.
--ya pero es que no te cuidaste, tienes que aceptar tus culpas. Lo más fácil es que te cases con esa niña lo antes posible.
--yo no me puedo casar con una chica que no me interesa. Además no me consta que el hijo que espera sea mío.
--Yo sé que es tuyo pero no importa. Igualmente necesitamos una prueba de sangre.
--¿para qué?
--Yolanda es menor de edad. Tú debes reclamar la paternidad de tu hijo para que el juez permita que se case contigo. Más adelante ya te divorciarás pero ahora lo más importante es tu hijo.
--está bien. Estoy de acuerdo. Si una prueba dice que ese niño es mío, me caso con Yolanda pero que quede claro que no quiero saber de ella. Yo me iré de gira. Cuando nazca mi hijo estaré con él y tendrá todo mi amor de padre pero ya que tú has traído a Yolanda, de ella te encargas tú.
El corazón del maduro hombre late con fuerza. Su hijo está poniendo a esa joven que tanto le hace sentir en sus manos:
--si, tranquilo. Yo cuidaré bien de tu esposa –dice tratando de disimular una sonrisa.
--bien, pues no hay nada de que hablar. Te pido que tú te ocupes de todos los trámites. Simplemente me dices cuando tengo que hacerme la prueba y también dar el sí y punto.
--si, está bien.
Juan hijo sale de la biblioteca pero no se dirige al comedor.
--¡donde vas? Debes hablar con Yolanda. apoyarla. Ella te necesita.
--Yo cuidaré de mi hijo, eso te lo juro. A mi hijo no le falta nada, ni material ni cariño, ni siquiera una sola caricia. No me puedes pedir nada más. Te pido que tú te ocupes de ella desde ya.
--lo haré.
El joven se dirige a la puerta:
--¿y no vas a comer?
--aquí no. No me pidas que viva con una mujer que no me gusta. Pronto me iré de gira y hasta entonces, no me verás mucho por aquí.
Aunque al hombre le duele está decisión de su hijo, le entusiasma la idea de tener bajo su mismo techo a Yolanda. Juan ya está en la puerta. Antes de que la abra, su padre le dice:
--supongo que anularás tu concierto ¿no?
El guapo chico mira a su padre sorprendido:
--¿qué? ¿Por qué debería hacer eso?
--bueno, tu prometida llora a su madrina, casi su madre. Estaremos toda la tarde velándola. El entierro será mañana a primera hora.
--yo me quedaré a dormir con Omar. No me esperes. Yo no tengo porque acompañar a una mujer que no me importa. Ya te dije, mi responsabilidad comenzará cuando mi hijo haya nacido. Por lo pronto, todo es por el bien de la madre. No me interesa lo que haga Yolanda.
Juan padre no insiste y es que le gusta la idea que Yolanda sólo lo tenga a él.

El hombre vuelve al comedor donde lo espera ya Yolanda ansiosa. Con mucho cariño el hombre se acerca a ella. Se pone de cuclillas ante ella:
--¿Qué es lo que te pasa, Yolandita? No has comido.
--es que no me pasa nada.
Juan le acaricia la mano:
--no me hagas enojar. Si no comes me obligarás a darte la comida. Tienes que cuidar a mi nieto.
--¿y que dijo su hijo? ¿no quiere saber de mi no?
Juan no deja de acariciarle los cabellos y sonreírle. Esa sonrisa llena de paz a la joven.
--¿Cómo crees? Mi hijo se va a casar contigo.
La mirada de la joven se llena de ilusión:
--¿de verás?
El hombre no puede evitar una punzada de celos al darse cuenta que la joven desea casarse con su hijo.
--¿lo quieres mucho, verdad?
--si señor. Yo quiero mucho a su hijo.
El hombre se pone triste. Sin saber bien porque, Yolanda lo acaricia. Le acaricia la mejilla. Es un gesto que a él le estremece. Le acaricia la mano mientras ella le toca el rostro. A los dos les gusta sentir el contacto del cuerpo del otro.
--¿Por qué se pone triste? Es normal que yo quiera a su hijo.
--claro que sí. Y espero que a mi también me quieras.
--si claro. Yo a usted lo quiero mucho. Es el padre que nunca tuve.
--me quieres como a tu padre ¿eh? –dice con un sentimiento de alegría y tristeza.
--sí ¿es algo malo?
En realidad ella siente algo muy fuerte por el padre de su prometido. Supone que es sentimiento de hija a padre pero nunca tuvo padre así que tampoco puede asegurarlo. Con mucha ternura aunque ocultando una tristeza que no entiende, el hombre le dice:
--Si claro, es muy bueno que me veas como a tu padre. Eso es lo que yo seré para ti. Mi hijo se va de gira muy pronto. Estará meses fuera así que yo cuidaré de ti.
Yolanda lo mira triste:
--Juan se va, ¿no se va a quedar a mi lado?
--es su trabajo. Debes entenderlo.
--No me quiere. Él no me quiere –dice con el rostro lleno de lágrimas.
Él hombre se levanta para abrazarla y acariciarla:
--todos los cantantes tienen que sacrificar su vida familiar por su carrera, pero va a ser muy buen padre y tú no estarás sola. Yo estaré a tu lado en todo momento.
El maduro hombre, con la servilleta limpia el rostro de ella de lágrimas. La sonríe. Ella lo mira. Su dolor desaparece en medio de la ternura de él.

Al rato, Omar está solo en la casa. Se sorprende al ver llegar a Juan con muy mala cara.
--¿y eso tío? Creí que nos veríamos más tarde.
--pues siento decirte que me vas a ver muy seguido por aquí. Espero que no te importe, Omar.
--¿cómo me va a importar? Está es tu casa.
--se te agradece. Tal vez viva contigo hasta que nos vayamos de gira.
--¿pero porqué?
--tienes algo de comer? Yo es que no comí.
--si claro, te puedo preparar un bocadillo.
--mientras me lo prepares te lo cuento.
Omar va hacia la cocina y mientras le hace el bocadillo a su amigo, Juan le dice:
--creo que metí la pata hasta el fondo. He dejado embarazada a una niña, a la que llevé a la boda.
Omar, que partía el pan, casi se corta de la sorpresa:
--¿si hombre? ¿no fastidies? Pero tú siempre te cuidas.
--bueno. a veces se me olvida. Eso nos pasa a todos.
--si bueno.
--lo que pasa es que era virgen y yo quería hacerlo sin goma ¡¡eso me pasa por imbécil¡¡
--¿y estás seguro que tú eres el padre?
--ojalá no lo fuera. Yo e intentando negarlo pero fui el primero y por el tiempo puede ser perfectamente.
--eso no es ninguna garantía.
--por eso haremos una prueba de sangre y si el niño es mío… Pues me tendré que casar.
--pues que mal rollo ¿y el disco? ¿y la gira?
--Ella se queda con mi padre y todos nuestros planes siguen adelante.
--bueno. ahora no pienses en cosas que te ponen de mal humor. Piensa en el concierto.
--nos vamos a lucir, Omar. Seguro.
Los dos chocan sus manos. Omar lo abraza con cariño para animarlo y Juan agradece el cariño de su amigo.

*Elisa disfruta del falso amor de su marido a pesar que este no le hace mucho caso.

Cae la noche, Elisa acompaña a su marido a la presentación del grupo de su sobrino.
--estoy como loca de conocer a los Nice Boys. --dice Elisa.
--va a ser la sensación. Ya lo verás.
Elisa está muy enganchada del brazo de su marido:
--hoy es un día muy especial para mi sobrino. Gracias por ayudarlo a cumplir su sueño.
--nos vamos a ayudar mutuamente. Nos vamos a hacer de oro. estoy seguro que su disco se venderá muy bien y la gira será un éxito y yo nunca me equivoco en el talento.
--mientras tú no te vayas con ellos.
--¿Cómo crees Elisa? Tengo otros clientes. No sólo vamos a vivir de un solo grupo.
Algo decepcionada, Elisa dice:
--¿sólo lo haces por eso?
Luís se muestra ilusionada y dice:
--claro que no, mi vida. Te amo. Eres mi vida. no podría vivir sin ti.
Elisa cree en el falso amor de su marido y se siente feliz. Lo besa ilusionada.
--tal vez los podremos acompañar los dos y así vivimos la luna de miel.
--me encantaría, pero no podrá ser. Tengo mucho trabajo.
Elisa lo acepta con resignación:
--bueno, al menos hemos vuelto a salir. Es la primera vez desde que nos casamos que salimos juntos.
Luis no le presta mucha atención ya que en seguida salen los Nice Boys. Ana y sus dos amigas no se pierden la actuación. Los cinco chicos salen al escenario con ropas muy sexys y ajustadas y con una mascara que hace que no se sepa su identidad. La belleza de los cinco, el no saber quien es, sus sensuales movimientos y sus voces enloquecen a todas las chicas y muchos chicos. Luís está encantado con el éxito y los chicos disfrutan de lo lindo.

*el estreno de los Nice Boys es todo un éxito.

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