

Marianela sale de su escuela. Camina sola. Alguien se le acerca por detrás.
--hola, putita ¿me echas de menos?
Ella se asusta al ver que es Omar que la mira con cara de pervertido. Quiere huir pero él la agarra de los dos brazos. La empuja hacia la pared. Él delante, con los brazos en la pared, ella queda en medio. No puede salir. Ella siente el aliento de él
--No me importa si te casas con el tonto de Félix, yo seré tu amante.
Ella llora. Temía ese momento pero ahora que es tan feliz no quiere que Omar de nuevo la lastime.
--déjame en paz. No me hagas daño –llora ella.
Él quiere besarla pero ella escapa de esa boca que le repugna moviendo la cabeza. Él la mira con ojos libidinosos. Está rabioso, quiere descargarse en ella.
--No, si sabes que te va a gustar, tú sabes que soy tu mejor amante, que nunca Félix te hará gozar como yo.
Marianela llora. Siente culpa, vergüenza por haber gozado en brazos de Omar.
--No sabía que eras tú.
Omar se le ríe:
--¿y sabe Félix que en la cama prefieres al padre de tu hijo? Él es muy inseguro, no te lo va a perdonar. Si yo hablo lo vas a perder.
Marianela está temblando y el rechazo de ella lo excita a él. Le apetece obligarla a acostarse de nuevo con él pero sin forzarla.
--voy a gritar –le dice ella asustada.
Él se le ríe.
--¡claro que vas a gritar, pero cuando te mete mi gorda verga entre las piernas¡ ¡¡vas a gritar como la puta que eres¡
Omar está apunto de besarla pero ella le muerde el labio. Se ve gente a lo lejos pero nadie le hace caso. Ella corre para pedir ayuda pero antes que pueda alejarse mucho, él la atrapa y le dice:
--te acostarás conmigo siempre que a mí se me pegue la gana o le diré a Félix que soy el padre de tu hijo, él va a creer lo que yo diga ¡¡lo vas a perder¡ ¡¡puedo hacer que te odie¡
Marianela lo tiene claro, prefiere perder a Félix para siempre que acostarse con Omar así que ya que se siente acorralada no le importa jugar fuerte. Se muestra segura y dice:
--Si no me dejas ser feliz con Félix te pondré una demanda, te obligaré a que reconozcas a mi hijo y sabes que voy a ganar.
Omar se muestra nervioso. No esperaba que la chica se enfrentara a él.
--no lo harás, quedarías como una puta.
--¡prefiero quedar como una puta que serlo y tú no quedarías mejor¡
Omar se va con la cabeza agachada. Marianela resopla. Llora. Es tan feliz pero siente que su felicidad es frágil y eso le asusta.







1 mes después… El papeleo para la boda de Marianela y Félix se ha hecho rápido. La noche antes los Niceboys la pasan en la vieja casa.
--¡nada de mujeres¡ --advierte Félix.
--¡yo quiero un par de putas¡ ¡¡corren a mi cuenta¡ --dice Omar.
--¡¡No, no…¡ ¡¡no quiero que Ana se enfade conmigo¡ --Rubén.
Omar desafía a sus amigos:
--¿es que tenéis miedo a no ser tan fieles?
Tanto Félix como Rubén están muy seguros de sus sentimientos. Rubén se siente muy culpable por haberse dejado llevar por Elisa pero no piensa volver a caer en ese error. Juan y Adri se miran a los ojos, se miran con tanto amor. Cada vez les cuesta disimular lo que sienten. Omar no soporta estar con ellos. Cada vez que los ve le viene a la imagen de los amantes fornicando como bestias y es algo que se le hace raro. Ese secreto le quema pero no considera que tenga que ser él quien lo diga. Omar contrata a dos prostitutas que se prestan a todo. Hacen un strip-tease. Félix y Rubén se quedan hablando, Omar mira a las chicas que hacen el show para él. En un momento dado, Juan se acerca a una de ellas. Le señala a Rubén:
--desnuda a ese chico –le murmura.
Quiere ver como reacciona Adri. La chica trata de vencer el forcejeo de Rubén con la ayuda de Félix y Omar, logra sacarle la camisa pero nada más.
--¡venga no seas aguafiestas¡ --dice Omar.
Rubén se queda sin camisa. Se tira encima de sus amigos. Se pelea con ellos pero de broma. Los movimientos de su trasero son muy sexys y a Juan le sorprende que Adri no se fije en él. Y es que Adri por primera vez está enamorado y no tiene ojos sino para Juan. Eso llena de orgullo a Juan. Se acerca al chico con una lata de cerveza.
--¿qué tal la estás pasando?
--bien, aunque con ganas de estar contigo.
Juan bebe su lata de golpe. A Adri aún le quedan algunas llenas. Como no pueden saciar su sed de ellos lo que hacen es beber.
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