martes, 22 de marzo de 2011

Capítulo 3


*la luna de miel no es lo que esperaba Elisa ya que su marido apenas le hace caso.

Elisa se despierta feliz. Toca la cama esperando encontrar a su esposo a su lado. Lo llama pero este no contesta. Se angustia. Salta de la cama, se pone una bata y se acerca al baño. Esperaba encontrarlo allí.
--No está, porqué no está en la cama? ¿porqué me esperó o me despertó? Ayer fue la noche más especial de mi vida, la que yo siempre soñé. Nuestra primera vez, la realización de mi sueño.
Se estremece al recordar la noche que pasaron juntos.
--fui suya. y fue tan hermoso. No puede ser que él no sienta nada por mi. Estoy seguro que me quiere aunque sea un poquito y yo lo voy a tratar como un rey, le voy a hacer tan feliz que no podrá hacer más que quererme lo mismo que yo.
El miedo a que él la deja la angustia y trata de tranquilizarse,
--es mi marido y eso es para siempre. No me va a dejar. no me puede dejar.
Abre la puerta que lleva a la sala que hay en la suite. Suspira al encontrarse a su marido sentado en el sofá hablando por el móvil. Ella suspira enamorada, él no le hace caso. Feliz y más tranquila, Elisa se acerca y se sienta a su lado. Pega su cuerpo al de él a pesar de la frialdad del hombre que hace como si no estuviera. Cuando cuelga, Elisa sonríe coqueta segura que ahora su marido estará por ella pero cual es su sorpresa al ver que se dispone a volver a llamar. Elisa le saca el móvil.
--¿¡que significa esto?¡
--¡no vengas con bromas, Elisa. Tengo mucho trabajo¡
--¡¡pero ¿cómo que tienes mucho trabajo? ¿¡porqué me haces esto?¡
--¿¡qué te hago qué?¡
Elisa mira a su marido muy molesta:
--¡¡esto es el colmo. ¿¡es que a ti te parece normal hablar por el móvil en nuestra noche de boda?¡
--¿¿y que querías que hiciera?¡¡era importante¡¡
--¡¡pero es que nadie se lleva el móvil a la noche de bodas, Luís por favor¡
Luís fuerza una tierna sonrisa para su esposa:
--¿a caso no te cumplí?
LA sonrisa de él hace que a la mujer se le pase el enojo:
--sí, claro que sí. Me hiciste la mujer más feliz del mundo. Perdóname pero es que tenía tantas ganas de despertar a tu lado. me dio pena y luego verte hablar con el maldito móvil.
Elisa besa a su marido libremente y él hace un esfuerzo para mostrarse cariñoso:
--tranquila, te perdono.
Elisa lo vuelve a besar:
--soy tan feliz.
Y cuanto más disfrutaba en brazos de su marido vuelve a sonar el móvil. Él se aparta de ella.
--¡¡maldita sea¡ --dice ella.
--dame el móvil.
--¡¡no tomes la llamada, es nuestra luna de miel¡
--¡puede ser importante¡ --dice molesto.
--no, Luís. Nada es más importante,.
Luís mira con dureza a su esposa y le dice:
--¡¡no me hagas enfadar¡¡
Elisa devuelve el móvil a su marido mientras le dice:
--¡pero que conste que en el viaje este maldito aparato estará apagado¡
Luís no le dice nada y contesta a la llamada. Para que esté contenta, Elisa mientras encarga el desayuno.


Por otro lado, Juan hijo llega a una vieja casa que es donde ensaya con su grupo. Es además donde vive Omar. Éste aún durmiendo. Juan lo despierta.
--¡venga tío, que pronto llegan los otros¡
--no me molestes. ayer me fui de fiesta. Recién me acuesto.
Juan lo destapa:
--¡pues te das una buena ducha fría, Luís quedó encantado con nuestra actuación pero ahora no podemos descansar. Tenemos que trabajar duro¡¡
Bostezando, Omar se incorpora a la cama.
--vale, vale. al fin y al cabo esta es tu casa. Tú mandas.
--tampoco así, tú sabes que yo encantado de que vivas aquí para que así no te tuvieras que ir de la ciudad con tus padres.
Omar va al baño y se lava la cara seguido de Juan.
--tenemos que causar una buena impresión. Ayer nos salió bien sin ensayos pero ahora nos tenemos que preparar. Rubén tiene que darse cuenta que somos profesionales, que nos tomamos en serio lo que hacemos.
Con cierto fastidio, Omar dice:
--no sé para que necesitamos otro más.
--Porque podremos aprender mucho de su experiencia. ya verás como todo nos va muy bien. Estoy seguro que la llegada de Rubén nos hará bien.
Omar no está nada de acuerdo pero no quiere discutir con su amigo. Se da cuenta de una sábana que lleva Juan en la mano.
--¿y eso?
Juan sonríe con orgullo:
--luego os lo enseño. Os vais a morir de la envidia.
Omar se desnuda para darse una ducha.
--como supongo que no hay nada para desayunar como siempre. Me voy a la tienda de la esquina, a ver si tienen unos dulces recién hechos que me encantan.
--de acuerdo –dice Omar ya en la ducha.
Justo cuando gira la esquina, dos chicas se acercan a esa casa. Una es Ana, la novia de Rubén. La otra chica se ve más tímida.
--esto no está bien. ¿porqué no esperamos a tu novio?
--Ah no, Marianela. porqué quiero estar un rato a solas con ellos y quiero que tú los conozcas sin que Rubén esté presente. estos chicos están guapísimos. lástima que yo ya tenga novio.
--ojo con lo que haces, que a ti te gustan demasiado los hombres. No vayas a hacer como siempre y engañar a tu novio no se lo merece.
--yo lo hago por ti, ya es hora que sepas lo que es un hombre, ya verás que tu problema se soluciona pronto.
--para mi ser virgen no es un problema. Es una cuestión de amor, ya te lo he dicho muchas veces.
Ana llama a la puerta pero nadie contesta. Marianela se alegra.
--mejor nos vamos.
Ana se da cuenta que la puerta está abierta y se dispone a entrar.
--¿¡que haces? ¿estás loca?
--si la puerta está abierta es porque hay gente. --Ana.
--¡no, no. mira si están desnudos o ves a saber¡¡
--que más quisieras tú.
Las dos entran, Marianela siendo empujada. Ana sonríe al huir la ducha.
--hoy es tu día de suerte. Hoy verás a tu primer hombre desnudo y uno de bien guapo.
Marianela huye de la casa.
--pues mejor para mi.
Sin imaginar que tiene visita, el guapo Omar se ducha. Oye un ruido.
--eres tú, ¿Juan?
Se está lavando la cabeza y tiene el rostro lleno de jabón que se desliza por su cuerpo. Tiene los ojos cerrados. Se sobresalta al notar que alguien le toca el pecho.
--¿¿Qué es esto?¡
Abre los ojos y se sorprende al encontrarse a Ana en su ducha desnuda. Los dos se miran con deseo.
--¿tú? ¿Qué haces aquí?
--mi novio no tardará así que no podemos perder el tiempo y yo no me quiero quedar con las ganas. si lo haces tan bien como bonito cuerpo tienes hoy es mi día de suerte. --dice coqueta.
Omar traga saliva. Ana lo besa salvajemente y los dos se dejan llevar.

*Omar, amigo de Juan, se acuesta con la novia de Rubén.

Por otro lado, en una gran casa, Juan padre pasea aburrido.
--Es tan vacía está casa. Ahora Elisa vivirá con su marido y nos quedamos Juan y yo solos. pero él se la pasa fuera. Como me gustaría que esta casa se llenara de vida, de hijos.
Recuerda con ternura en Yolanda.
--ya puedes dejar de soñar. con Yolanda será difícil. y en todo caso pasarán muchos años. No creo que Juan la espere. elegirá otra esposa.
No sabe bien porque pero le duele que esa joven no vaya a formar parte de su familia.
--¿Qué es lo que te pasa con esa muchacha? Será que es la hija que siempre hubiera querido tener. ¿y si la fuera a ver?
Juan sonríe. Tiene muchas ganas de volver a verla.
--No tiene sentido, además que vas a decir en su casa? A saber lo que van a pensar de ti sus padres. Además recuerda que sólo es una niña. a lo mejor ellos ni saben que tiene novio. ¿y que les diré si se supone que ya no sale con mi hijo? No me puedo meter en sus cosas. No puedo.
El hombre no deja de recordar la ternura de la joven.
--es tan linda, es la mujer ideal para mi hijo. Una chica que no lo va a hacer sufrir. Una mujer que nunca le harían lo que me hicieron a mi..
Llega a una sala en la que hay multitud de fotos de su hijo desde pequeño hasta ahora. Toma una de las fotos más recientes de él.
--tú tienes que ser feliz. tú no puedes cometer mis mismos errores. Si tú eres feliz pues yo ya me sentiré satisfecho. mi amargura no será tanto si al menos logro que tú seas feliz.
Deja esa foto y toma otra en la que él está con su guitarra.
--Espero que no elija una mujer equivocada como la profesión. No sé de donde ha sacado esa manía de querer ser músico. Creí que había aprendido del abuelo que era mejor sacar un beneficio de ellos que ser uno de ellos. Al menos espero que en el amor no se equivoque. es muy diferente a mi, no tiene nada que ver. Así que no tiene que repetir mi historia. Será feliz en el amor, seguro que sí.
El hombre sonríe con dulzura al pensar en Yolanda.

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