jueves, 24 de marzo de 2011

Capitulo 71
































Felix y Marianela han hecho el amor. Los dos desnudos. Felices. Ella apoya su cabeza en el torso desnudo de él.
--te amo tanto, soy tan feliz. No puedo creer que estemos de nuevo juntos –dice ella.
Él le acaricia la cabeza. Es muy dulce con ella.
--¿Y no me tienes nada que contar?
--No, ¿qué tendría que contarte?
La joven piensa que si alguien tiene que dar explicaciones es él. No imagina que él sabe de su estado, tiene miedo que después de hacerle el amor vuelva a desaparecer como esa última vez. Esa vez en la que gestaron la vida que ahora ella lleva en su vientre. Félix se incorpora en el sofá. Mira a la joven con las dos manos en su mejilla y dice:
--Mi amor, sé que estás embarazada, que estás esperando un hijo mio.
Él está feliz. Marianela se muestra decepcionada.
--ah, era eso.
Ella se aparta de él. Félix se levanta totalmente desnudo. Busca sus boxers.
--Me voy pero ahora vuelto. Trasladaré mis cosas aquí hoy mismo.
Ella se levanta envuelta en la sábana.
--No.
Félix, con los boxers a medio subir, mira a Marianela sin entender.
--¿de qué hablas?
Ella está muy molesta.
--No puedes venir hacerme el amor cuando se te pegue la gana y desaparecer.
--¿cómo?
--¡vete¡
--no puedes estar hablando en serio…
--¡no te quiero volver a ver¡
Ella se da la vuelta para que él no la vea llorar. Félix la abraza por la espalda. Marianela trata de rechazarlo.
--suéltame.
Pero él la abraza con fuerza. La siente estremecer.
--me amas, hemos hecho el amor.
Ella se gira, lo mira con reproche y pregunta:
--¿habrías venido de saber que estoy embarazada?¿quien te dijo?
--Eso no importa. Te amo y tenemos que estar juntos por nuestros hijos.
--¡Ves¡ ¡¡no me amas¡
Ella le habla con reproche. Está segura que él volvió con ella por su hijo. Félix empieza a darse cuenta que no va a ser tan fácil volver con su amada. Se lleva las manos a la cabeza. No quiere alterarse.
--No me puedes hablar en serio, si algo te he demostrado es que te amo.
--me has demostrado que eres buena persona, que te casaste conmigo cuando yo esperaba un hijo de otro y ahora aunque me odias no me podrías dejar estando yo embarazada y ahora de ti.
--¡no me puedes hablar en serio¡
--¡no quiero un marido a la fuerza¡ --grita ella dolida.
--¡yo te amo¡
Pero ella parece no creerle.
--Vete, es lo mejor.
Félix se derrumba. Llora. Cae en el suelo.
--No me dejes… no me dejes.
Marianela le pone la mano en los hombros.
--es mejor que nos demos un tiempo, que estés seguro que quieres estar conmigo no sólo por nuestro hijo.
Él la mira lloroso y dice:
--¿es otro?¿prefieres estar con otro?
Marianela lo bofetea con rabia.
--¿¿cómo puedes pensar eso de mi?
Félix se levanta dolido. Llora.
--¿¿y qué quieres que piense? ¡¡hemos hecho el amor y no quieres volver conmigo¡ ¡¡en la cama prefieres a otro¡
Ese es el gran miedo de Félix.
--En la cama no tengo problema contigo. Nunca disfruté del sexo contigo, si sólo fuera por sexo no tendría problemas pero no quiero volver contigo si no puedo estar segura que me amas.
Él le habla desde el corazón.
--¡yo te amo¡
Ella lo mira triste y le dice:
--lo siento. No puedo creerte.
Ella sale, se encierra en la habitación con su hijo. Él está muy alterado, va a ir tras ella pero opta por vestirse y irse molesto.

Félix llega a la vieja casa de los Nice boys. Omar está en ella. Le sorprende ver a su amigo llegar tan mal.
--¿¿qué pasó? ¿no la encontraste?
Félix se golpea los puños.
--¡hicimos el amor pero no cree que la amo, cree que quiero volver con ella sólo por el bebé que espera¡
--¿le dijiste que lo sabías?¿porqué se lo dijiste?
Félix habla muy triste. Omar tiene miedo que Félix lo odie pero el chico lo que necesita es a su amigo. Lo abraza a Omar con mucho cariño. Se acarician fraternalmente.
--vas a dejar las cosas así?
--Tú ¿qué crees?
Los dos se miran con complicidad. Se abrazan.
--siento mucho, eres mi hermano, yo… todo es mi culpa, yo…
Félix es muy cariñoso con Omar. No lo deja continuar.
--si no hubieras hecho lo que hiciste Simoncito no existiría y bueno tal vez tampoco Marianela ahora estaría embarazada, no hay que dar más vueltas a las cosas…
Félix va hacia las habitaciones.
--¿me puedo quedar contigo?
Omar lo abraza por los hombros.
--Eso ni se pregunta.
--No quiero quedarme solo hoy, quiero pensar. Tengo que demostrarle a Marianela que la amo y tengo que pensar en algo.
Félix se tumba en la cama para descansar. Abrazado a su almohada, acariciando los momentos de amor que ha vivido con la joven. Omar se queda a su lado. Arrepentido de haberlo lastimado pero dándolo su apoyo, su cariño de hermano.

Por otro lado, Noelia y Rubén llegado a la casa. La pequeña Esperanza duerme en brazos de papá. Rubén mira a la joven con mucho cariño. Noelia agarra a la pequeña.
--voy a cambiarla para acostarla.
--si pero no tardes, quiero comentarte algo.
--si claro.
Él se muestra algo serio pero es por los nervios, porque teme ser rechazado pero ama a esa mujer y aunque ha huido del compromiso tiene claro que quiere formar una familia con ella. Noelia cambia a la pequeña. La deja durmiendo pero no va a buscar a Rubén que es lo que él esperaba.
--Noelia… ven… Te tengo una sorpresa…
Al acercarse al cuarto de ella la ve con una maleta.
--¿¿qué es esto?
Rubén siente una gran herida al pensar que se enamoró una vez más de la mujer equivocada, que ella sólo quería sexo.
--Sí, tranquilo. Agarro mis cosas y no me volverás a ver.
--¿cómo?¿te vas?
--es lo que quieres…
--¡no¡
--¿y entonces??porque tanto misterio?
Rubén saca una cajita de su bolsillo:
--te iba a pedir que te casaras conmigo.
Rubén la mira algo temeroso. Ama esa chica pero tiene miedo de haberse equivocado.
--Sé que sólo ha parecido que te daba sexo, yo es lo que necesita pero creí que querías algo más, que te gustaba que…
Noelia se da cuenta que por primera vez Rubén necesita que ella le hable de sus sentimientos. No lo deja acabar:
--¡Te amo, yo te amé el primer día pero yo creí¡
Los dos se sonríen.
--¿entonces no quieres dejarme? –pregunta él algo asustado y también interrumpiéndola.
Ella lo abraza llorando.
--¡no, tú y Esperanza son mi vida¡ ¡¡me muero si os pierdo¡
Rubén sonríe satisfecho. Acaricia las lágrimas de esa mujer.
--Te amo.
Ha tenido miedo de volver a decirlo, de volver a salir lastimado pero ahora sólo quiera pensar en ser feliz. Se arrodilla ante ella. Le muestra el anillo y muy dulce le dice:
--¿te quieres casar conmigo?
Ella no puede contestar con la voz porque está muy emocionada. Hace que sí con la cabeza. Él le pone el anillo en el dedo y se besan ardientemente.




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