martes, 22 de marzo de 2011

Capítulo 2


*Juan hijo se aprovecha de la desilusión de Yolanda tras su primera vez y crea una discusión para poder así romper con ella.

El joven Juan se retuerce de placer después de haber obtenido lo que quería. A su lado queda Yolanda triste y llena de vergüenza. Sollozando dice:
--¿me llevas a casa?
Muy brusco él le dice:
--después de un buen polvo a mi me gusta descansar. No seas fastidiosa.
Yolanda queda triste por las palabras de su amado, nunca se esperó que él se portara de una manera así. Llorando la joven le dice:
--pero es que yo me quiero ir.
--¡¡pues vete y no me molestes¡¡
--¿Por qué me tratas así? –dice ella con amargura.
--¿y tú? ¡¡Creí que me amabas y en cambio ahora te portas como si yo te hubiera obligado¡¡
--No es eso pero es que no fue lo que esperaba, yo soñaba mucho con mi primera vez. Me dolió.
--Yo nunca había estado con una virgen pero dicen que así es siempre la primera vez.
--¿así? Yo esperaba que me gustara.
Con reproche él le dice:
--¡pues si no te gustó seguro que es problema tuyo porque todas las mujeres con las que he estado siempre han quedado muy contentas conmigo¡
--Yo creí que tú tampoco habías estado con nadie --dice ella decepcionada.
--¡¡Yo nunca te dije eso. pero si quieres otro día lo volvemos hacer y ya verás como te gusta¡¡
Yolanda se seca las lágrimas y dice:
--no, Juan. No habrá próxima vez. no me gustó, es feo y si en mi casa se enteran,...
--¿¡quien se va a enterar?¡ no tienes a nadie¡¡ sólo la vieja de tu madrina que no se entera de nada.
--¡¡no hace falta que seas grosero¡¡ --llora ella.
--¡¡y tú compórtate como una mujer¡¡
Yolanda se levanta y empieza a vestirse, se da la vuelta ya que no le gusta estar desnuda delante del chico:
--¿te podrías ir? ¿me quiero vestir?
--¡ya estoy harta de tus tonterías. has estado en mi cama, ya eres una mujer. no te puedes seguir comportando como una niña¡¡
Yolanda se viste con vergüenza. Llorosa dice:
--me vas a llevar a casa?
--¡¡No y si te vas te olvidas de mi¡¡ --sentencia él muy molesto.
Yolanda se da la vuelta y se acerca al chico con desesperación:
--¡no me puedes hacer eso. has sido el primero, no me puedes dejar ahora¡¡
--¡¡pero es que yo no quiero una niña, si no una mujer, vete y vuelve cuando hayas madurado¡¡
Yolanda mira a su chico con los ojos bañados en lágrimas y se va muy triste. Juan queda en la cama, sonríe con cara de degenerado. Mira con orgullo la mancha que ha quedado en la sábana:
--yo he sido el primero, mis amigos se van a morir de envidia cuando mañana les enseñe la sábana, ellos nunca han estado con una virgen.
El guapo joven se queda tumbado en la cama con los brazos como de almohada:
--y todo ha sido más fácil de lo que pensaba.
Tocan a la puerta. Juan sonríe con cara de pervertido.
--ha sido puntual.
Se levanta totalmente desnudo. Abre la puerta y hay un joven guapo. Juan se muestra nervioso.
--¿no te ha visto nadie? –Juan.
--Ya sabes que no.
Juan le hace pasar. Se sonríen, se miran con deseo y se besan ardientemente.

(Colaboración especial de Guilherme Bernard - amigo Juan)


En el bar del hotel, Juan padre ha estado bebiendo. La boda de su hermana le ha hecho pensar en el abandono de su esposa:
--hice desaparecer tu recuerdo, tus fotos pero no puedo olvidar tu traición. Tu herida me ha marcado, me ha dejado seco. Por tu culpa nunca pude volver a confiar en una mujer, nunca ha habido otra aunque fuera sólo por sexo. Sólo me dejaste algo bueno, mi hijo. Si no fuera por él me habría consumido el dolor.
Quiere seguir bebiendo hasta olvidar la angustia pero sabe que esa no es la solución. Algo mareado sale del bar. En el vestíbulo se topa con alguien que bajaba las escaleras llorando. Es Yolanda.
--Perdón –dicen los dos al unísono.
Se miran a los ojos.
--¿tu?
--¿usted?
Juan no quiere que la novia de su hijo lo vea como un borracho y hace un esfuerzo para mantenerse bien.
--¿se siente bien? –ella.
--si, sí –dice con la voz algo temblorosa por la borrachera-- ¿y tú?
--si, también. --dice muy triste.
Juan la mira con cariño. La acaricia con una ternura y a ella le gusta porque nunca la habían tratado así:
--¿has llorado? ¿pasó algo con mi hijo?
Yolanda cree que el hombre la ha descubierto y dice nerviosa:
--¿lo dice porque venía de las habitaciones? ¡¡No, no. No es lo que piensa¡¡
Su explicación la delata, el hombre la sonríe con cariño y a ella le da confianza. Juan prefiere no avergonzar a la joven y hacer que no se da cuenta de lo que hacía en la habitación de un hotel con su novio:
--¿has discutido con mi hijo verdad?
Yolanda se quiere mantener serena pero no puede evitar romper a llorar. Juan la abraza. Ambos sienten una ternura especial al estar el uno en brazos del otro. Él la consuela con cariño:
--es normal, todos los novios tienen sus peleas. Ya verás como mi hijo se lo piensa mejor y mañana te pide disculpas.
--Ojalá fuera así –dice con la voz rota—me dejó, terminamos.
Ella se aferra fuertemente al hombre como si fuera su salvador. Juan la trata con mucha dulzura. Le rompe el corazón verla tan triste. Siente un gran afán en protegerla.
--deja que mañana yo hable con mi hijo y ya verás.
Yolanda no lo deja seguir y en seguida dice:
--no, no, no quiero que se enoje más conmigo. Por favor, no se meta. Además, yo no lo quiero obligar y si él no quiere estar conmigo, pues ni modo.
Con mucho cariño y sin dejar de sonreír él le dice:
--como quieras, pero no llores. eres una muchacha muy linda y no me gusta verte llorar.
La voz del hombre la llena de paz, casi sin darse cuenta sonríe:
--así me gusta.
Juan se saca un pañuelo del bolsillo, con mucho cariño él le seca las lágrimas. Es un momento de gran ternura para los dos. Se miran y sienten mucho cariño.
--me hubiera gustado tener un papá como tú.
Juan le sonríe, le acaricia la cabeza y dice:
--y tú vas a ser mi hija, ya lo verás, mi hijo no puede ser tan tonto como para dejar escapar una niña tan linda como tu.
Estar con la chica le ha hecho olvidar su angustia, su dolor. Y a ella le pasa lo mismo.
--ven, que te llevo a tu casa.
--¿de verás? ¿no es una molestia?
--no, claro que no. No quiero que vayas sola.
Los dos salen juntos, se miran de una manera especial.

Por otro lado, Luís está en el baño de la suite del hotel. Acaba de hablar con alguien por el móvil. Se mira al espejo.
--Venga, que no se diga que no eres hombre. Esto no tiene nada de particular. No lo pienses. Piensa en un chico guapo y deja que tus hormonas se disparen, seguro que deja que le des por detrás y un agujero es un agujero. No será tan terrible. Tú piensa que es un puro trámite.
Las palabras del sacerdote:
--hasta que la muerte los separe
Lo atormenta.
--sea lo que sea ya no hay marcha atrás.
No deja de pensar en Fabio.
--era tan distinto, mi primera vez, mi mejor vez. Cuando era contigo era distinto.
Pone cara de resignación:
--bueno. llegó el momento.
Sabe que ya no puede atrasar el momento más. Elisa está en la cama con un sexy camisón impaciente.
--¡¡maldita sea¡¡lleva media hora encerrado con el móvil. Mira que llamarlo precisamente ahora cuando iba a ser mío?¿y que hace? parece que ya no habla.
Luis iba a salir cuando le llaman al móvil, sonríe:
--salvado por la campana.
Elisa, que se levantaba para ver si oía algo, se vuelve a tumbar desesperada. Al rato finalmente sale el marido.
--por fin, por fin. --dice ella—al fin vas a ser mío.
Se saca la corbata y se desabrocha la camisa muy lentamente. Quiere tardar lo más que puede. Elisa ya no tiene espera, se levanta y se tira sobre el hombre con una pasión devorada:
--espera, que me desnudo.
Elisa no tiene espera. Lo besa mientras le arranca la camisa y lo tira a la cama mientras le desabrocha los pantalones y él se deja hacer.
--¡¡que ganas tenía, que ganas tenía¡ --jadea ella.
Él le da la vuelta. Ella no se lo esperaba pero se deja hacer.

Después que han hecho el amor, Elisa reposa la cabeza sobre el pecho del hombre. Está feliz.
--ha sido tan hermoso. Hoy es el día más feliz de mi vida.
Luís se quiere mostrar amoroso y acaricia la cabeza de su esposa pero por dentro no hace más que pensar en Fabio.
--¿Qué habrá sido de ti?

Lejos de ahí, un guapo se levanta desnudo y frustrado de la cama luego de hacer el amor con un hombre que está de espaldas y dormido. Se acerca a la ventana y con nostalgia dice:
--Luís, Luís.
Ese guapo es Fabio que piensa con tristeza en el primer hombre de su vida.

*Aunque no le apetece, Luis hace el amor con su esposa Elisa pero piensa en su amor del pasado.


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