jueves, 24 de marzo de 2011

Capitulo 57


Juan padre y está en casa. Su hijo lo ayuda a meterse en la cama.
--llevo días en el hospital, ya estoy cansado de cama.
--no te comportes como un niño.
--¿y Yolanda?
--No sé, dijo que se iba con unas amigas.
--¿¡cuales amigas? ¿porque la dejaste ir sola?
--Porque soy su marido, no soy dueño.
--¿y como te van las cosas con ella? ¿ya estuvieron juntos?
Juan hijo sonríe no se da cuenta que su padre está celoso:
--papá, tenemos un hijo. Hemos hecho el amor muchas veces. ¿a que viene eso?
--sólo quiero que seas feliz --bien amargado.
--lo seré. En estos días he descubierto cosas en Yolanda que me han gustado mucho. Nos la hemos pasado en el hospital contigo pero ahora, ahora seremos un matrimonio normal. Estoy seguro.
Juan dice eso porque cree que es lo que el padre quiere escuchar. Su padre fuerza una sonrisa ya que no se atreve a confesar la verdad. Cuando su hijo lo deja solo, llora recordando a Yolanda, sus besos, sus caricias, las veces que hicieron el amor.
--No me puede hacer eso, no puede.






Por otro lado, Félix está tocando al timbre. Se le ve triste, dominado por una mirada de degenerado. Es Sol la que abre. Ella lo mira sorprendido.
--¿¿qué haces aquí?
Él se muestra frío. La mira con cara de pervertido y dice:
--tenemos una deuda pendiente.
Él se le tira encima, fornican como bestias. Félix va al grano, sólo busca desahogarse. Se levanta desnudo de la cama. Se muestra triste. Empieza a vestirse. Sol lo mira desde la cama feliz y satisfecha.
--¿Dónde vas? Supongo que no me vas a dejar así, ¿verdad?
Él la mira frío.
--¡ya tienes lo que buscabas de mi, a mi no me interesa nada de ti¡
--¡Imbécil¡
Él se va. Llora. Se siente vacío, muerto por dentro. Se mete en su auto, da un golpe en el volante. Lo que quiere es darse una ducha para sacarse el aroma de Sol de su cuerpo pero siente un impulso y lo sigue.











Félix va hacia el barrio de Marianela. La ve acercarse a su casa. Siente que el corazón se le va a salir de la garganta. Sale del auto.
--¡¡Marianela¡
Ambos sufren un fuerte impacto al verse. Es la primera vez que está cara a cara después de la ruptura. Ella, al verlo, huye pero él la sigue. La agarra del brazo.
--¿¿qué pasa? Es que no podemos ni hablar?
Ella está asustado, no sabe qué quiera de ella. Llora. Él le acaricia las mejillas. Le levanta el rostro para que lo mire a los ojos. Dulcemente le dice:
--dime una cosa, ¿alguna vez me amaste?
Ella le habla desde el corazón.
--¡siempre¡ ¡nunca he sentido nada por nadie más¡
Félix siente su dolor, su amor pero hay algo que no entiende y se lo tiene que preguntar.
--¿y porqué te acostaste con otro?
Marianela agacha la mirada.
--si me dejaras explicarte…
Pero tiene miedo. No sabe qué hacer. No sabe si él la va a creer y no quiere enfrentarlo a sus amigos. Y Ella se muestra tan apenada, tan avergonzada que él incluso llega a pensar que la violaron. Cualquier cosa menos una infidelidad. Y se siente culpable por haber pensando mal de ella. Félix le pone las manos en las mejillas. Ambos se miran con lágrimas en los ojos.
--¡perdóname¡
Marianela no da crédito a lo que está escuchando.
--¿cómo?
Él le pone la mano en el vientre.
--¿te gusto como papá de tu hijo?
Ella está desconcertada pero él se ve tan dulce, tan tierno. Se miran a los ojos. Él sonríe, ella también.
--Me encantaría.
Entonces Félix se pone de rodillas. Se saca un anillo que él lleva en la mano. A ella le va muy grande pero está feliz.
--¿te quieres casar conmigo?
--si –murmura ella.
Se miran con una sonrisa. Entre lágrimas. Él acerca sus labios a los de ella. Los besa dulcemente. Ambos tiemblan, ninguno de los dos puede creer que están juntos.
--¡Te amo tanto¡ --dice él.
Ella se aferra a él. Tiene miedo de que él le deje si sabe que el hijo que espera es de Omar pero él no le pregunta y ella prefiere olvidar.
--lamento tanto que las cosas no hayan salido como tú te mereces –dice ella.
Pero él no dejar de besar. Está feliz.
--Estamos juntos y eso es lo único que importa, yo también he hecho cosas feas.
Marianela no quiere que hable. Lo besa. Están muy contentos. Detrás de ellos, la casa de los padres. Félix ve a una señora que los espía por la ventana.
--¿es tu vieja?
Ella hace que sí con la cabeza. Con la mano en el vientre de ella, Félix le pregunta:
--¿lo sabe?
Marianela agacha la cabeza con pena. Félix de nuevo se la levanta.
--pues vamos a hablar con ella, hay dos noticias que tiene que saber.
Él la abraza con fuerza y va seguro hacia el interior de la vivienda. Marianela lo mira con orgullo y sobretodo con amor.



Esa misma tarde, Juan y Adri están dando una vuelta en la cercanía a la casa en la que ensayan. Ven varios carteles de Samuel que anuncian su disco y su gira por Asia.
--Vas a tardar en verlo.
Adri no puede evitar mirar la anatomía del chico y suspirar frustrado.
--Te lo dije, se estaba burlando de ti. Nunca se acostará contigo.
Adri se ha quedado con las ganas de chingar con Samuel y además le da rabia que Juan, su mayor frustración, sea el que le diga eso.
--¿y tú qué tal con el bobo de Isma?¿aún no sabe que no se acuesta con dos Juan sino uno?¿cuando le vas a decir que tú eres el Niceboys?
Isma estaba yendo para allá para buscar a Juan y lo ha oído todo. Le da mucha rabia darse cuenta del engaño.
--¡te has estado burlando de mi¡
--No, te he estado dando lo que tú querías. Si te hubiera dicho quien era no me habrías creído.
Adri se apoya a la pared. Contempla todo con una sonrisa burlona. No quería delatar a Juan pero le gusta que así haya sido. Isma llevaba ya demasiado tiempo disfrutando de lo que Adri jamás ha disfrutado y está ya seguro que jamás disfrutará. Isma entonces le mira coqueto a Adri:
--¿tú también eres un Niceboy?
Isma le mira el culo a Adri. A Adri le chico le gusta mucho y le parece excitante acostarse con el que tantas veces se ha acostado con Juan.
--¡si claro¡
Adri e Isma se comen con los ojos.
--¡ni se te ocurra¡ -- le advierte Juan a Adri.
Adri lo mira travieso.
--Lo siento, está demasiado bueno.
Adri e Isma van hacia la casa.
--¡ahí ni se te ocurra¡
Pero Isma quiere que sea en las narices de Juan y Adri está cachondo.
--Tú siempre nos has dicho que podemos usarla para chingar.
--Si en serio me quieres no lo hagas –le dice Juan a Adri.
A Adri le duele que Juan se ponga en ese plan:
--Lo siento, pero tú no me das lo mismo que él.
Juan incluso piensa en la posibilidad de ofrecerse a Adri pero está seguro que Adri lo dejará tan punto pase y no quiere eso. Juan se siente muy dolido. Le gusta Isma y además le da rabia que Adri no lo respecte. Se queda un rato dando patadas a los árboles. Cuando está más tranquilo vuelve a la casa suponiendo que Adri se ha llevado a Isma al dormitorio pero se los encuentra en la sala. Los dos desnudos, Adri dándole golpes de verga con dureza. Juan siente rabia, celos. Deseo. Se queda en el jardín. Ve salir a Isma. No se dicen nada. Adri está poniéndose los boxers con una sonrisa. Juan grita.
--¡tú eres una bestia¡ ¡¿¿es que sólo piensas en el sexo?¡
--ya déjame en paz, sólo ha sido un polvo. No lo volveré a ver.
--¡nunca me dijiste que él te gustaba¡ ¿¿es que lo has hecho para herirme?
Juan parece que le esté haciendo una escena de celos y Adri no lo entiende.
--¡¡qué te importa¡
--¡¡qué me has traicionado¡ ¿¿no se supone que yo a ti te gustaba o soy uno más?
Adri no entiende la reacción de Juan.
--¡pero tú nunca has querido conmigo¡
Juan está demasiado cachondo, su gorda verga está apunto de salir del pantalón. Juan se lanza a un sorprendido Adri. Lo besa ardientemente. Es algo violento, siente demasiada rabia. Pone al chico a cuatro patas. Se desabrocha los pantalones, se saca la gorda verga y se la clava. Es algo violento, Adri grita en una mezcla de dolor y un placer intenso. Llora, se está cumpliendo el sueño de su vida. Omar está llegando a la casa. Los gemidos son fuertes, reconoce los de Juan. Así que supone que hay una mujer a parte del chico que debe estar con Adri. Entra por si se puede unir a la fiesta. Se le hiela la sangre al ver a sus dos amigos fornicando como bestias.




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