jueves, 24 de marzo de 2011

Capitulo 64



Rubén mira a Juan desconcertado.
--¿¿qué es esto?
Juan se sienta al lado de Rubén. Entiende su desconcierto.
--¿No lo sabías, verdad? Elisa no te dijo que esperaba un hijo tuyo.
Rubén en un primer momento va a decir que no puede ser hijo de él, que se cuidó pero todo con Elisa fue demasiado rápido. Se levanta alterado.
--¡no me cuidé¡
Y después del susto de la gonorrea no entiende que pudiera ser tan irresponsable de acostarse con Elisa sin usar preservativo. Golpea la pared con el puño:
--¿¿cómo pude?¡
Juan se muestra paternal con él. Se levanta, siempre con la pequeña en brazos.
--todos cometemos errores pero los puede corregir, mi hermana no quiere a la niña. La ha abandonado. ¿vas a abandonarla tú también?
Rubén se siente extraño. Se da la vuelta poco a poco. Juan le muestra la pequeña con ternura. Rubén medio sonríe. Quisiera acariciarla pero le da miedo.
--Yo me acosté con Elisa pero…
Rubén se calla, no se atreve a decirle al hermano que duda de la paternidad de esa bebita. Juan se muestra comprensible. Entiende la actitud del chico.
--si quieres puedes hacerle un adn. Es normal, no tienes porque confiar en mi. Elisa no se acostaba con nadie. Ni siquiera con su marido. Ella quería atrapar a Luis con un hijo pero él ya no se acostaba con ella. Entonces se acostó contigo para embarazarse y hacer pasar a Luís como padre de ese hijo pero Luís la escuchó hablando sola, hablando de que se había acostado contigo y al día siguiente se haría el test para ver si habías tenido puntería. Ella le cedió la empresa a Luís a cambio de reconocer a su hijo pero él muy canalla la engañó. Yo fui a reclamarle que la abandonara embarazara pero fue entonces cuando me confesó que el padre eras tú.
Rubén se siente un tonto, Ana y Elisa han jugado con él y eso le duele. Juan se atreve a bromear un poco para relajar el ambiente.
--tuviste puntería –dice riendo.
Rubén acaricia la cabeza de esa pequeña:
--¿crees se parece a mi?
--Es tu hija, no me cabe la menor duda. No la pondría en tus manos si no estuviera seguro de eso.
Rubén siente que la han partido la vida y esa bebita es un ángel que le devuelve las ganas de vivir. Rubén mira a los ojos en la pequeña, se reconoce en ella.
--¿puedo tomarla?
--si claro. Es tu hija.
Rubén se muestra algo torpe pero con ganas.
--cuidado con la cabecita –dice Juan.
Rubén empieza a hacerle mimitos a su hija y a Juan le gusta ver que han conectado.
--le has caído bien.
--claro, soy su papá.
Juan se muestra fraternal con Rubén. Está feliz de que su sobrina encuentre un hogar con él.
--Te llamarás Esperanza –dice Rubén.
Luego mira a Juan con cierta timidez:
--si no te molesta.
Juan pone su mano en los hombros de Rubén y dice:
--Es tu hija, es tu decisión.
Rubén se queda un rato embobado mirando a su hija.
--te pasaré una pensión para que puedas mantenerla si te la quedas –Juan.
--Es mi hija, Esperanza se queda a mi lado para siempre.
--Hablaré con mi abogado para que te ayude con los trámites.
Rubén le va haciendo caras a la pequeña.
--Todos los meses te pasaré una pensión.
--Me da pena tener que aceptarle el dinero pero es que estoy sin fondos. Mi ex me ha dejado y se ha llevado una fortuna en el anillo que le regalé de compromiso.
Juan mira a Rubén con compasión y dice:
--deberías pedirle el anillo.
--¡¡Que se lo meta por el culo¡
Dice sin pensar, luego se arrepiente porque no quiere alterar a su hija. Va acariciando la cabecita de la pequeña.
--trabajaré muy duro por mi niña –Rubén.
Juan sigue hablando.
--No quiero que de momento Elisa sepa que tú tienes a la niña aunque espero que me dejas verla.
--claro, siempre que quieras.
--He pensando que puede venir una chica que conozco. Es la hija de una empleada mía de confianza. Está acabando los estudios de enfermería, te irá bien. Incluso puede vivir contigo si tienes sitio.
--Si tengo una habitación pequeña que la uso de trastero. Mi hija dormirá conmigo pero quiero que la chica tenga su sitio por si se puede quedar algún día que lo necesite.
Juan agarra su móvil:
--En un rato tienes aquí todo lo que necesitas para tu hija.

Juan cumple su palabra y en seguida la habitación de Rubén tiene todo lo que necesita para cubrir las necesidades de la beba. Rubén no suelta a la pequeña. Tiene miedo que llore y no sepa que hacer. Ahora que tiene la cunita la deja con mucho cuidado. Juan llega con la chica que ayudará a cuidar a la recién nacida. La primera imagen que tiene la recién llegada es del trasero de Rubén que es impresionante. La joven se derrite, le gusta lo que ve.
--¡nunca vi un culo tan bonito¡ --dice para sí.
Por un lado no desea que el chico se gire.
--con ese culo tiene que ser guapísimo y si no lo es. Imagina si es feo –va pensando ella.
Juan se acerca al padre de su sobrina.
--Rubén, esta es Noelia. Ella te ayudará en todo lo que necesites.
Noelia sufre un fuerte impacto. Rubén es guapísimo, nunca pensó que podría existir alguien tan bello.
--¡Es guapísimo, es el chico más guapo del mundo¡ --piensa ella.
Rubén se muestra correcto con ella pero ni se fija y Noelia no quiere quedar como una buscona. Necesita el empleo así que tiene que hacer un esfuerzo para controlar sus sentimientos.

Ha caído la noche, Félix y Marianela duermen felices. Al lado la cunita del pequeño. Simoncito empieza a llorar. Félix es el que tiene la cuna cerca y salta de la cama. Muy guapo y sexy en calzoncillos. Marianela abre los ojos.
--No mi amor, duerme. Yo me ocupo de nuestro hijo.
Félix se acerca a la cuna. Es muy amoroso con el pequeño.
--no llorés mi amor, que vas a desvelar a mamá y mañana tiene un examen muy importante.
Félix acuna el bebé mientras lo saca de la habitación para que su esposa pueda seguir durmiendo. Marianela es feliz viendo a Félix como padre y esposo amantísimo.

Por otro lado, Noelia ha pasado esa noche en casa de Rubén. En un improvisado dormitorio. Se siente extraña. No deja de pensar en él. Se levanta. Lo ve yendo hacia la cocina, muy sexy en boxers. Se encierra en el baño a refrescarse. Se le hubiera chingado en ese mismo instante pero no quiere que él la trate de cualquiera y encima perder el trabajo.













1 año después…
Noelia se hace la dormida cuando Rubén sale desnudo de su cama. Le duele que por la mañana la trata como una simple empleada y por la noche se acueste con ella pero ella lo ama y no le quiere reclamar, no quiere hacerlo sentir mal, presionarlo. Lo quiere dar lo que le pide, quiere hacerle sentir importante. Vivir lo que siente al máximo. Rubén vuelve a su cama con una sonrisa. Noelia le hace sentir deseado, le gusta que se le entregue a él sin promesas, sin palabras. Se siente amado y eso le gusta. La joven duerme en una pequeña habitación pegada a la de Rubén. Desnudo el guapo chico se acerca a la cunita de su hija que duerme feliz. Adora a esa pequeña. Es su vida.

Por otro lado, Adri está triunfando en solitario. Es un idolo de masas, un icono gay. Juan lo está esperando en el hotel.
--¡ya era hora¡ ¿¿dónde te habías metido?
Adri se muestra cariñoso:
--atendiendo a los fans.
--¿¿hasta estas horas?
--Mi amor, sólo hace una hora que ha acabado el concierto. Poco me ha dado tiempo a hacer.
Adri sonríe y Juan sigue enfadado.
--¿¿estás celoso? ¡pero si sabes que sólo tengo ojos para ti¡ --Adri con ternura.
Juan lo abraza.
--¡Es que estás muy bueno y todos te comen con los ojos¡ ¡¡todos se quieren acostar contigo y como creen que eres libre…¡
Juan sabe que eso se solucionaría haciendo pública su relación pero no se anima y por eso no se atreve a reclamar más a Adri pero se siente inseguro y Adri no quiere que se sienta así.
--Sabes que podías haber venido conmigo. Yo encantado, tú eres mi vida –Adri.
Juan abraza con fuerza a Adri. Tiene miedo que se canse de esperar y acabe dejándolo pero Adri le deja claro que:
--Sin ti me muero, quiero que estemos siempre juntos. Te amo.
--Te amo tanto.
Se sonríen y se besan con amor. Se han convertido en un solo ser. Se aman y son muy felices juntos.

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