jueves, 24 de marzo de 2011

Capitulo 48



Adri llega al hotel. Debido a su gran éxito ya les han concedido habitaciones individuales. La de Adri y la de Juan están la una frente a la otra. Juan está esperando al chico con la puerta semiabierta. Quiere verlo llegar. Se mueve arriba y debajo de la habitación, está muy alterado.
--¡se está acostando con él¡ ¡¡se está acostando con él¡
Siente algo muy parecido a los celos que lo está atormentando. Ve a Adri saliendo del ascensor con una sonrisa pícara que lo delata. Juan se acerca a él, va sin camisa, y le reclama.
--¿¡qué ya has chingao con ese chico?
Adri no entiende la pregunta y más porque le suena a reclamo:
--Si, claro.
Adri va hacia su cuarto y Juan lo sigue.
--Supongo que no le habrás dicho que eres un Niceboy…
--Sabes que no.
--Es que ya sabemos que a ti con tal de chingar te da igual poner en peligro la banda.
Adri se para frente a la puerta. Mira a Juan sorprendido:
--¿Oye tienes algún problema conmigo?
Juan se muestra celoso. Eso es algo que sorprende a Adri pero no se da cuenta.
--No, yo no. ¿no te cansas de acostarte con desconocidos?
--No, me encantaría acostarme contigo pero tú no te dejas.
Adri nunca ha hablado tan en serio. Juan siempre ha notado su deseo pero se lo ha tomado a broma.
--yo no soy uno más…
Adri le agarra del brazo.
--Juan yo…
Adri le quiere decir que le gusta en serio. Juan lo mira fijamente y Adri no se atreve.
--¿¿qué?
A Juan le está excitando pensar en Adri desnudo y eso lo descoloca. Se muestra algo brusco.
--No nada –dice Adri.
Juan se va sin decirle nada.
--¿y a este qué le pasa?
Juan se mete en la ducha. Agua fría para olvidar esas escenas que se le repiten en su mente, el momento en el que él y Adri compartieron macho. Eso le excita mucho. Juan no entiende lo que le está pasando. Siempre ha dicho que Adri es como un hermano y ahora se pone cachondo pensando en él. Mete la cara bajo el agua fría. Tiene claro una cosa:
--Nunca dejaré que me humille como humilla a los otros.
Juan está seguro que Adri perdería el interés en él en cuanto se acostaran juntos y no quiere eso. Y más cuando tendría que verlo todos los días para la banda. Juan está celoso. Está empezando a ver a Adri como a un hombre cuando siempre lo ha visto como a su hermano pequeño. Está desnudo en la ducha. Sabe que Adri siempre está dispuesto, que aunque se acabe de acostar con otro puede acostar con él también. Tiene tentaciones.
--¡no, con él no¡
Sabe que para Adri sería un polvo más. Siempre se lo ha visto como un hermano y no quiere hacer un cambio que le pueda traer problemas. Sale de la ducha totalmente desnudo. Está sofocado. Va a la terraza, se da cuenta que en la terraza de al lado está un chico. Muy guapo, sin camisa. Ese chico, de larga melena, y torso fornido, no le saca los ojos de encima a Juan.
--¡tú que miras¡
Juan descarga su rabia contra el melenudo. El otro se disculpa.
--perdona, no te quería ofender. Estás desnudo, no sé… No he podido dejar de mirar.
El melenudo va a irse avergonzado pero Juan lo llama:
--espera.
El chico se acerca a la separación de las dos terrazas.
--te invito a lo que quiera –dice Juan.
El melenudo salta a la terraza de Juan. Los dos arden. Acaban besándose y fornicando como bestias. Después de hacerlo, el melenudo se levanta. Se viste en silencio. Ninguno de los dos sabe qué decir y no dicen nada. Juan ha dado un gusto a su cuerpo pero su alma ha quedado triste. No le gusta dejarse dominar por sus instintos. No le gusta haberse acostado con un chico por despecho, porque no deja de pensar en Adri. Se siente más vacío y más frustrado que nunca.

*(con la colaboración especial de Nicolás Riera)


Al día siguiente, Luis recibe con interés a la empleada de los Helmut.
--¿por fin lo logró?
Luís está ansioso por saber si tiene las pruebas que le pueden ayudar.
--¿está seguro que el niño Juan es esto lo que quiere? –ella.
--claro. Él mismo me lo pidió. Son pruebas para el divorcio. Es lo justo ¿no?
La mujer saca una pequeña videocámara y en seguida Luis comprueba si se ha grabado bien. Sonríe al ver que tiene grabado un video en el que se ve con lujo de detalles a Yolanda haciendo el amor con el padre de su marido.
--¿todo está bien? Ya me gustaría dejar este asunto. No quiero ser una espía.
--usted lo hace todo por el bien de la moral de la casa. --dice Luís con ironía-- el pobre bebé no debe crecer en un ambiente así.
Luis le da un cheque y le dice:
--manténgame informado de cualquier novedad.
La mujer guarda el cheque y dice:
--está bien.
Cuando se va el hombre sonríe y mientras abre la caja fuerte dice:
--por fin algo me sale bien. Y vaya con la servidumbre. Mucho que no le gusta espiar, que no sé qué pero bien que aceptó mi cheque. Pobre estúpida. Claro que su niño Juan no sabe nada. Lo sabrá cuando a mi me interese que lo sepa.
Después de asegurarse de guardar la prueba en la caja fuerte, Luís hace una llamada. El joven Juan está en la ducha. Se seca con rapidez para tomar la llamada.
--¿Luís, ha pasado algo?
Las palabras de Luís no son algo nuevo para él.
--¿otra vez con eso, tío?
--hasta que te convenzas que hablo por tu bien --dice Luís.
--Nunca te has preocupado por mi matrimonio pero en cambio en el último mes no haces más que hablarme de Yolanda. Parece que me la quieres meter por los ojos ¿que interés el tuyo en que vuelva con mi esposa?
--lo que pasa es que me da pena tu hijo. Él necesita un padre y Yolandita la pobre…
Luis habla con ironía y con una sonrisa traviesa en su rostro:
--parece una mujer de 50 años. A mi me da pena. Tiene una mirada tan triste. Ella te quiere mucho y está sufriendo por ti. Yo creo que le debes una oportunidad. No es para asustarte pero yo creo que hasta podría llegar a suicidarse.
Juan comienza a sentir culpa. Luís lo nota y sonríe ya que es precisamente eso lo que quería. Con la voz temblando el guapo joven dice:
--Mi padre está con ella apoyándola.
(joder con el padre. No creo que Juan quisiera eso cuando le pidió que la cuidará) --piensa Luís.
Fingiendo estar preocupado, Luís dice:
--es que todo esto mortifica mucho a tu padre. Él la ve como una hija y sufre al ver su dolor. Yo de ti haría un esfuerzo. No sé, no iría sólo a ver a mi hijo. Además en el último mes no has estado con tu hijo.
--sí, es que he estado muy pillado. Pensaba ir ahora pero no podía dejar a Omar y a Adri con todo el trabajo de preparación del concierto. En un par de días me tienes para allá.
--y piensa en tu familia. Un hijo es lo más importante. Tal vez debería dar una oportunidad a Yolanda, tal vez la puedes amar.
Cuando cuelga Luis sonríe:
--eres un genio. Tengo que lograr que Juan vuelva con Yolanda. Así tendrá más impacto esto. Tú tienes la prueba de que Yolanda y su suegro son amantes. Estoy seguro que Juan preferiría renunciar a la empresa, en caso de querer reclamarla, a que yo envié la grabación a la prensa. Y en caso de que no reclame nada está el padre. Si el padrazo del año –con burla-- se quiere poder en mi contra, mi cuñadito se tendrá que callar si no quiere que yo desvele su feo secreto. Sea como sea este video me va a ir muy bien.
De repente alguien entra:
--¿de que se trata todo esto? ¿de cual video hablas?
Es Fabio el que entra. Luis lo mira con deseo frustrado pero también incómodo ya que no le gusta haber sido descubierto por su amado

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