martes, 22 de marzo de 2011

Capítulo 5



Justo antes de meterse en el coche, Juan oye que se abre la puerta y no puede evitar mirar. Es Yolanda. Los dos sonríen y suspiran.
--¿usted aquí?
Juan se ruboriza, se siente como un adolescente al que han descubierto espiando a la chica que le gusta.
--bueno es que yo.
--¿se perdió o quería algo?
Juan tartamudea y que es no le sale las palabras. Por su silencio, Yolanda de pronto se angustia:
--¿es que le pasa algo a su hijo?
Juan sonríe y es que la ternura de la chica lo hace sonreír.
--no, no. Es que vine a traerte esto.
Juan le pasa el sobre y los dos sonríen. Yolanda se entristece al ver las fotos y piensa en su amado. Llora.
--lo siento. Yo si llego a saber que te pondrías a llorar no te las traigo. --él.
Juan se palpa los bolsillos y le pasa un pañuelo a la chica. Ella se seca las lágrimas:
--ya es el segundo que me da.
Juan sonríe con ternura y le dice:
--también ha sido mi culpa, yo te hice llorar.
Yolanda se saca los mocos y dice sollozando:
--usted es muy bueno. no tiene la culpa de nada. Lo que pasa es que me dio mucha pena ver esa foto. estábamos muy felices y después…
Yolanda agacha la cabeza con vergüenza y es que se siente sucia al recordar lo que pasó. Juan le acaricia la barbilla y le levanta la cabeza:
--conmigo no tienes que tener pena. pero dime alguna cosa ¿es que mi hijo te forzó? ¿tú no querías?
Yolanda se da la vuelta con vergüenza.
--habla conmigo en confianza. si mi hijo se propasó contigo. ¡se va a enterar¡¡
Yolanda mira al hombre con tristeza:
--no, Juan no me obligó a nada. Fui yo la que le fallé.
--seguro que no fue tu culpa. --dice con dulzura.
La adolescente rompe a llorar recordando las duras palabras del chico.
--otra vez te hice llorar. Veo que mi visita no te gustó, será mejor que me vaya.
--No, no. No se vaya, su visita me hace bien. Me siento tan triste. Y a su lado no tanto.
El hombre sonríe. A los dos les gusta estar juntos.
--¿y estás muy enamorada de mi hijo?
--sí, señor. pero él se decepcionó de mi. Él es un hombre y yo no soy lo que él esperaba.
Al hombre le duele el sufrimiento de la chica y le acaricia la mejilla y los dos se sonríen:
--no sabes cómo me gustaría que lo tuyo con mi hijo se arreglara.
--¿usted no cree que soy muy niña para su hijo?
--bueno, no soy yo quien deba decir eso sino mi hijo.
--Tal vez si me comporto de otra manera. --Yolanda.
--No, nunca cambies por un hombre. Nunca pierdas tu inocencia.
Yolanda agacha la cabeza con vergüenza. Él le levanta el rostro por la barbilla y dice:
--tu mirada es inocente, no ha cambiado. tu inocencia está en tu alma. No en tu cuerpo, sigues siendo inocente pasara lo que pasara.
Los dos sienten un deseo especial al estar frente a frente, un deseo que por la enorme diferencia de edad que los separa no entienden bien.

*con su falso amor, Luís logra tener contenta a Elisa después de una discusión.

Por otro lado, Elisa se enfurece con su marido:
--¿¡como que no hay luna de miel¡
Luís fuerza una sonrisa, se intenta mostrar tranquilo y enamorado:
--Mi amor, tengo reuniones para pasado mañana. ya lo haremos otro día no te enfades.
--¡¡no me puedes hacer eso¡¡ --llora ella.
Con una dulzura fingida pero que si ella sí le cree el guapo empresario le dice:
--mi vida, entiende. Me es imposible. Es que tengo muchos negocios entre manos que no pueden esperar. Además quiero dar ejemplo a los trabajadores. Es por el bien de la empresa. Ahora es como volver a empezar y tenemos que hacer ese pequeño sacrificio.
Elisa lo mira llorosa:
--es que he soñado con este viaje toda mi vida. ¿no puedes tomarte ni que sea un par de días?
Como si de veras le doliera él dice:
--que más quisiera yo. a mi también me encantaría. Lo que no puede ser no pude ser, pero te juro que te compenso. cualquier día de estos hacemos el viaje de tus sueños.. Te lo juro. En cuanto la empresa esté ya encaminada nos vamos de luna de miel.
Las palabras y la dulce sonrisa de su marido la tranquiliza. Luís se saca un buen peso de encima al ver que la mujer no lo presiona más pero como le interesa tener feliz, la abraza y como el más amoroso de los maridos dice:
--La vida a tu lado ya es una luna de miel yo no necesito irme de viaje para ser feliz a tu lado.
--¿De veras?
--Claro, te quiero tanto y no soporto que estés enfada conmigo.
Elisa lo abraza con desesperación:
--te quiero, te quiero tanto.
--Yo también te quiero, te quiero más que a mi vida.
Y mientras le habla con dulzura aprovechando que ella no le ve la cara Luís pone cara de fastidio.
Mientras, Yolanda y Juan siguen delante de la casa de la chica. Se miran muy contentos. No tienen ninguna ganas de irse.
--¿no me invitas a pasar? –dice él con dulzura.
--Es que mi casa es muy humilde.
--Bueno a mi no me importa. pero ¿es que a tus padres les importará.?
--Vivo sola con mi madrina. Ella no está pero será feo, que esté sola con un hombre.
Los dos se miran con cierta vergüenza:
--pero yo no soy un hombre, soy casi tu padre.
Los dos se sonríen. Yolanda lo hace pasar. Él entra, está contento de conocer el lugar en el que vive la chica.
--¿quiere tomar algo?
--un poco de agua.
La chica va a la cocina a buscarle el agua. Él mira a su alrededor. Ve una foto antigua de una joven. Yolanda entra con el agua y le da el vaso.
--No tienes padres?
--No –dice ella con tristeza.
Señalando a la foto, la joven dice:
--es mi mamá, murió cuando yo tenía un par de meses.
--¿y tu papá?
--No sé. abandonó a mi mamá cuando estaba embarazada.
La joven se ha puesto triste, Juan la acaricia y dice:
--no te pongas triste. Juan y yo vamos a ser la familia que no tienes.
Sin pensarlo la joven lo abraza. Los dos se sienten muy felices el uno en brazos del otro. Juan no deja de acariciarla con un cariño que no puede entender.





Lejos de ahí, Félix está en la puerta de donde ensayan con la oreja bien pegada pendiente de los jadeos de la pareja. Cuando ya hace un rato que no oye nadie, entra. Va con cuidado para no interrumpir nada, se asoma a la habitación. Omar se está poniendo los calzoncillos. Detrás está Ana desnuda. A Félix se le ponen los ojos como platos al reconocer a la novia de Rubén:
--¿¡¡tu?¡¡ --Félix.
Mientras se pone los pantalones a toda prisa, Omar dice a su amigo:
--¡¡Podías haber llamado¡¡
A Omar le molesta que Ana se muestre desnuda a Félix sin pudor y es que a ella le encanta sentirse deseada y Félix se la come con los ojos.
--¡No la mires tanto¡¡ --dice Omar con reproche a un excitado Félix apartándole la cara de enfrente de Ana que sonríe coqueta.
--Ella… --balbucea Félix excitado y nervioso.
--¿¡¡Si que pasa?¡ --Omar.
--¡¡Que su novio está fuera¡¡

Rubén y Juan se acercan a la casa.
--Pues es muy interesante tu plan. ¿y ahora sí podremos ensayar? Es que estoy impaciente. ¿de verás no pasa nada? Si quieres que lo dejemos para otro día --Rubén.
Juan se tranquiliza al ver que no está Félix.
--todo está bien. Vamos dentro.
Adri está pegado a Rubén. Abraza a Juan y a Rubén por la espalda.
--¡Me va a encantar tenerte con nosotros¡
Juan mira regañón a Adri, no quiere que asuste a Rubén pero no dice nada. Adri tiene la mano en el cuerpo de Rubén. Ésta se va acercando a ese hermoso trasero y Adri está totalmente enfermo de gusto.

Dentro, Ana se viste deprisa:
--¡¡a mi novio ni una palabra de esto¡¡
Omar se lleva las manos a la cabeza, no le apetece tener líos con el novio de nadie. Se acaba de vestir con prisa.
--¡si claro. tranquila. A ver si crees que yo le quiero decir a tu chico que me he acostado con su novia¡¡
Ana ya está acostumbrada a vestirse de prisa y acaba antes que él.
--pues que bueno. Aunque pasé un momento muy rico pues mejor lo olvidamos.
--si claro –dice Omar abrochándose los pantalones.
Ana deja la habitación. Félix mira a Omar con reproche:
--no creo que a Juan le haga gracia esto, mira si el novio os ve.
--¿y seguro que está aquí?
--claro que sí. Si ya quería entrar.
Omar y Félix se ponen nerviosos al oír la puerta.
--¡¡chicos, ya llegamos¡ --dice Juan.

*Rubén está apunto de descubrir la infidelidad de su novia.


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