jueves, 24 de marzo de 2011

Capitulo 51



Juan observa con celos y rabia como Adri está siendo chingado por un desconocido. ¡Y él que estaba decidido a acostarse con Adri…! Su amigo le gusta mucho físicamente pero le duele que sea tan sexual.
--¡es una bestia¡ ¡¡le da igual uno que otro¡ --dice para así.
El amante de Adri le va metiendo su verga hasta el fondo, ambos jadean con fuerza.
--¡largo¡ --jadea el amante.
--que mire, como si se quiere unir –jadea Adri.
El desconocido mira a Juan y le dice jadeando y sin dejar de meterla.
--¿te animas? Si quieres nos podemos chingar los dos a esta marica.
A Adri no le gusta como lo trata el chico pero igual no piensa volver a verlo y nada más le gustaría que ser chingado por esos dos guapos. A Juan le da rabia que Adri permita que un desconocido lo humille. Los mira a los dos con desprecio. Juan se va, sofocado. Adri disfruta del polvo pero le hubiera gustado que se les uniría Juan. Juan está furioso.
--¡es una bestia¡ ¡¡sólo piensa en el sexo¡ ¡como iba a pensar en acostarme con él¡
Adri tira a los hombres una vez se ha sacado el gusto.
--¡yo no voy a ser uno de ellos¡
Se quita los pantalones. Los calzoncillos se los baja en la ducha. Ni el agua helada le saca la calentura.

Luis se sorprende al ver a llegar a Elisa angustiada en su despacho.
--¿te pasa algo?
Ella se aferra a él:
--¡¡te amo, te amo. No me dejes nunca. Te amo. Te amo¡¡
Luis la mira sorprendido:
--¿que te pasa?
--No sé. Me siento rara y tengo miedo que tú me dejes.
--¿no te encuentras bien? ¿quieres ir al médico?
--no, no. Sólo necesito que me hagas tuya, que me hagas el amor aquí mismo¡¡
Luís se la aparta:
--¡no seas loca, esto no es lugar para esto¡¡ --dice Luís que no se pueda sacar de la cabeza como minutos antes su cuerpo vibraba por Fabio.
Elisa besa a su marido y aunque él no responde la pasión de ella es desbordante. Él sabe que algo le pasa pero en realidad no le importa. Lo que quiere es sacársela de encima cuanto antes.
--Elisa, contrólate. Alguien nos puede ver.
Desesperada la mujer dice:
--¿y qué que alguien nos vea? Soy tu esposa.
Rechazándola sin que se note el desprecio que siente, él dice:
--es que soy el presidente y tengo que dar ejemplo.
--en la noche, en la noche me tienes que hacer tuya.
--claro, claro. --le dice él que le prometería cualquier cosa para que se fuera.
Elisa se va más tranquila. Luís resopla.
--esta mujer cada vez es más insoportable.
Se sienta en su escritorio y saca de un cajón sus tesoros: una foto de juventud de él y Fabio y el anillo que le compró. Sus ojos se llenan de lágrimas.

Juan ha salido a dar una vuelta. Necesita que le dé el aire. Sabe como es Adri. No entiende porque le duele que Adri se acueste con cualquiera. A Juan le encanta su amigo, le gustaría tener sexo con él pero sabe que entonces ya nada será igual en la banda.
--¡No, nunca¡
Nunca había pensando en Adri como amante, lo ha visto siempre como a su hermano pequeño pero desde que lo vio en acción no piensa en otra cosa. Sabe que Adri está deseando acostarse con él.
--pero cuando se dé el gusto no me volverá a mirar a la cara ¿y qué pasará con la banda?
Además no quiere que Adri lo disfrute como un juguete sexual de usar y tirar. Está en la barra de un bar. Toma una cerveza tras otra. Un chico se acerca a la barra. Se sienta a su lado. Le mira el paquete con deseo. Juan es un hombre muy guapo y el que se ha sentado a su lado está totalmente cautivado. Se ha quedado un buen rato observándolo.
--¿cómo va todo?
Juan no dice nada. Lo mira de reojo con mala cara. Sigue bebiendo. Al otro chico le encanta Juan y el que está algo borracho puede hacerlo más facilón. Por eso insiste.
--¿me invitas a una?
Juan hace un gesto al camarero que le sirve una cerveza al otro. El chico bebe. Se muestra sonriente. Trata de tener una conversación con Juan pero le es del todo imposible.
--¿qué haces tan solito?¿te han plantado?
Juan no contesta. El otro está muy excitado.
--Me llamo Marcos ¿y tú?
Juan apenas habla pero cuando lo hace parece que muerda.
--quería estar solo.
Pero a Marcos le gusta demasiado Juan como para quedarse con las ganas sin almenos intentarlo. Piensa que lo peor que le puede pasar es que Juan le golpee con los puños pero que con un poco de suerte lo golpea con su verga.
--si yo fuera tu novia no permitiría que estuvieras tan triste. Si yo fuera tu novia nunca dejaría que un chico tan guapo como tú estuviera solo.
--Soy gay –dice Juan.
Juan no sabe bien porque lo dice, tal vez piensa que el chico se va a asustar y va a huir. Es la primera vez que dice algo así. Le gusta ver que no se ha hundido el mundo, que no pasa nada. Marcos está feliz. Le pone la mano en el muslo.
--Mi sueño hecho realidad, ¿vamos a otro sitio?
--No vas muy rápido? –Juan.
--a caso no tienes que volver al cielo?
--¿cómo?
--Eres un ángel, en cualquier momento desaparecerás y yo me moriré de la pena.
Juan está demasiado ardido y hace mucho que no le dicen nada bonito. Paga. Se levanta. Se muestra algo brusco.
--¡vamos¡
Marcos lo sigue loco de contento.

*(con la colaboración especial de Vadhir Derbez)









Juan y Marcos no hablan. Juan necesita desahogarse y Marcos lo único que quiere es acostarse con él. Van a casa de Marcos. Los dos desnudos en la cama. Se la chupan, el uno come la verga del otro como si del más delicioso manjar se tratara. Gozan el uno del otro. Finalmente Juan le da la vuelta al otro. Se retuercen de placer. Juan explota. Marcos, aún jadeando y cansado, hace lo mismo con Juan. Le pone a cuatro patas. Le mete la lengua, los dedos en todo el agujero. Lo hace jadear para minutos después llenarlo con su verga. Ambos han disfrutado. Juan se encuentra bien en los brazos de Marcos. Quiere pasar la noche de él. No quiere volver al hotel. Necesita un amigo pero Marcos no tiene ya ningún interés en él.
--No vayas a quedarte dormido ¿eh?
--Hemos echado un buen polvo… ¡me has dejado reventado¡ --Juan.
Marcos se levanta totalmente desnudo. Le tira la ropa encima.
--entonces vete, ya hemos hecho todo lo que queríamos.
Juan mira a Marcos sorprendido:
--¿y todo tu buen rollo?
Marcos saca un cigarro.
--Hubiera matado por chingarte, ahora es mejor que te vayas.
Juan no dice nada. Él también lo ha disfrutado pero le molesta que Marcos lo trata como a un muñeco hinchable, en especial porque le recuerda demasiado a Adri. Se viste en silencio y se va. Ninguno de los dos dice nada. Marcos tiene una cara de gusto que no puede con ella. Juan se ha descargado pero vuelve al hotel triste. Se sorprende al encontrar a Juan sentado en su cama. Lleva camiseta y boxers.
--¿¿qué haces aquí? ¿y tu amigo?
--Hace rato que se fue, si no te conociera diría que estás celoso.
--¡no digas tonterías¡
Juan se enfada mucho. Adri piensa que es imposible que esté celoso.
--Quería ver si querías algo. Me interrumpiste aunque no pasa nada.
--No nada, que iba a chingar con un amigo. Te quería avisar. Sólo eso.
--vaya, si querías chingar te podías haber unido a la fiesta. La pasamos bien con el ruso ¿no?
Adri mira a Juan con cara de depravado, Juan se sofoca mucho.
--¡ahora vete, quiero estar solo¡ ¡¡estoy cansado¡
Juan trata de forma brusca a Adri porque le pone demasiado cachondo. Adri le pone la mano en los hombros. Está de espaldas.
--¿qué te pasa conmigo? Últimamente estás muy raro.
Juan reacciona con violencia.
--¡quiero estar solo, ¿tan raro es?
Adri mira a Juan molesto y dice:
--Si es cierto que has chingado no vuelvas a verlo ¡¡es un desastre en la cama, te ha dejado fatal¡
Adri se va molesto. Juan da un puñetazo a la pared rabioso.

En la noche, Elisa se frustra ya que cuando está preparada para su noche de amor, Luis se queda dormido. Llena de rabia dice:
--¡¡maldito sea. No me puede hacer esto ¡¡necesito que me dejes embarazada ya¡¡¡no quiero tener que acostarme con otro como hoy¡
Luis que no estaba dormido no da crédito a lo que oye.

Como cada noche, Juan padre sale de su cuarto medio desnudo y muy perfumado. Sabe que aunque Yolanda le dijo que era la última vez no podrá rechazarlo. Al querer entrar se da cuenta que efectivamente la puerta está cerrada con el cerrojo.
--¡¡Yolanda, abre¡
--¡¡no, esto se acabó¡¡
Juan llama a la puerta como loco pero la joven no le hace caso. De repente el hombre se lleva las manos en el pecho y con fuerte dolor lo tumba al suelo sin conocimiento. como muerto.

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