jueves, 24 de marzo de 2011

Capítulo 45





Después de haber vibrado como nunca en brazos del abuelo de su hijo, Yolanda siente vergüenza y culpa por sus actos, por su desnudez. Se cubre con la sábana y llorando trata de huir pero antes que salga de la cama, Juan, que estaba exhausto y con una cara de felicidad, la atrapa y la abraza por la espalda. La besa en el cuello y ella se estremece. Yolanda está sentada en la cama apunto de salir y él de rodillas a su lado.
--No te vayas, mi niña. Ya no puedes huir de mi. Has sido mía. He sido tuyo. Nos pertenecemos.
Yolanda llora desconsoladamente. Juan se levanta y se pone delante de ella. A ella no le gusta verlo desnudo porque le recuerda su pecado. Se da la vuelta y dice:
--cúbrete.
Él se pone los slips y de cuclillas ante ella le acaricia el rostro y con todo su amor dice:
--mírame.
Yolanda se gira y lo mira con los ojos inundados en lágrimas. Juan besa las lágrimas de la joven y le dice:
--no llores, no me gusta verte sufrir ¡hoy es un día muy importante en nuestras vidas¡¡¡tú me amas, lo he sentido y yo te amo a ti¡¡pasó y no podemos hacer nada¡¡nos amamos y ahora nos pertenecemos el uno al otro¡
Con la voz rota por el dolor y la vergüenza, la adolescente dice:
--¿Porque me haces esto? me he convertido en una zorra. Con tu hijo y ahora contigo ¿Qué clase de mujer se acuesta con dos hombres diferentes seguido y más un padre y un hijo? Soy una Pu..
Con mucha suavidad, Juan pone su mano en los labios de Yolanda para que no siga. Se le escapan algunas lágrimas ya que no le gusta ver sufrir a esa joven que tanto ama.
--no lo digas, no digas eso.
--¿y acaso no es verdad? –dice llorando.
Con desesperación Juan dice:
--Tú me amas y tu error fue estar con mi hijo.
--¡¡lo hice para que me olvidaras. Entiende que esto no puede ser¡¡¡él es mi marido¡¡
--¡¡yo hacía 15 años que no estaba con una mujer, que no hacía el amor¡¡
Yolanda lo mira sorprendida:
--no puede ser.
--Así es, juré que nunca más estaría con una mujer porque mi ex esposa me dejó muy herido. Pero me enamoré. Me siento joven, contigo me siento un adolescente.
--Tu hijo es mi marido.
--Juan entenderá. Él no te quiere. Seguro que hasta se alegra.
--¡¡No puede ser. Juré que si no perdía a mi hijo nunca pensaría en ti. ¿y si Dios me castiga?¡¡
--Eso es una tontería. Nada va a pasar. No me puedes rechazar por eso.
--lo prometí. Se lo prometí a Dios. Mi hijo se salvó y ahora no puede faltar a mi palabra.
--No va a pasar nada. Tu hijo nunca estuvo en peligro.
--vete por favor y recordemos esta noche como el más hermoso de los recuerdos.
--¡¡yo no pienso renunciar a ti¡
--tendrás que hacerlo o me obligarás a irme de tu casa.
--Eres menor de edad. Estás a mi cargo.
--¡pues le diré a Juan que me lleve con él¡¡
Muerto de los celos, Juan padre dice:
--¡¡no puedes hacer esto y menos después de haber sido mía¡¡¡tú y yo nos pertenecemos¡¡
El dolor de Yolanda lastima al hombre:
--vete, quiero estar sola.
Juan la mira muy enamorado y dice:
--no voy a renunciar a ti, que te quede bien claro. Después de esta noche no voy a renunciar a ti.
Cuando se cierra la puerta tras la salida del hombre, Yolanda se siente mal, se siente bien. Aunque vibra sólo de pensar que amó de verdad no puede evitar la culpa al pensar en su hijo. Se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡esto no está bien ¿qué hice?¿qué hice? ¿y ahora como voy a mirar a los ojos a mi hijo?

Una de las empleadas ve a Juan padre saliendo del cuarto de su nuera en calzoncillos y se santigua horrorizada. Juan está tan feliz que no se da cuenta de nada. Se desnuda en su cuarto y se da una ducha con una sonrisa en los ojos. Se siente hombre y vivo como nunca.
--mi piel lleva su nombre, su olor –dice mientras recorre con la esponja su cuerpo—no voy a renunciar a ella, no lo voy a hacer. Juan nunca quiso a Yolanda. No hay ningún problema. Es como si Yolanda fuera una mujer libre, la mujer que yo amo y ella me ama. Ella me ama.





Los nice Boys han llegado a un nuevo destino, sólo falta Juan. Adri pregunta en el hotel si ya llegó. Le dicen que no y él sube a su habitación. Félix y Omar están juntos.
--perdonen pero es que el botones se confundió con las maletas de ustedes dos ¿no les importaría cambiarse de cuarto?
--no claro, nos cambiamos --dicen los dos amigos.
--Yo me voy a acostar. Estoy reventado –dice Félix.
Cuando Félix se aleja, el recepcionista llama Omar
--una cosa, hace rato subió la novia del señor Félix. Lo espera en su habitación. Supongo que lo debe esperar a él en la habitación que le correspondía.
Omar sonríe con cara de degenerado y dice:
--yo le aviso.

Omar entra en esa habitación y en silencio. No se ve nada. Se acerca a la cama. Marianela, tenía la luz apagada para darle una sorpresa, lo abraza:
--Félix, mi amor.
Lo besa.
--¿cómo te fue? –dice ella.
La joven quiere abrir la luz pero él no se la permite. Se lanza sobre ella mientras se desabrocha los pantalones.
--¡que pasión. se nota que me has echado de menos¡¡ --dice ella mientras él busca un agujero con prisa.
--No te has afeitado ¿Te has dejado barbita así como Omar?
Él no habla.
--¿Qué te pasa, mi amor? –ella.
Él entra en ella y la calla con un grito de placer. Después de la unión los dos reposan el uno al lado del otro. Marianela está feliz. Jadea:
--no sé que te ha pasado hoy. Has estado un poco agresivo pero me gustó. Sin duda alguna ha sido la vez que me ha gustado más.
Omar se queda en la cama agotado, satisfecho y con una sonrisa de travieso en su rostro.
--¿Porque ese silencio.?
Con cierta ironía, Omar dice:
--¿Y que quieres que te diga? si quieres llamamos a Félix.
Marianela abre la luz y se horroriza al ver que es Omar que divertido le dice:
--¡no creo que a tu novio le guste saber que su novia es una perdida que se acuesta con su mejor amigo y además le dice que él es mejor en la cama¡¡
Marianela se ha quedado en shock. Omar se levanta y se abrocha los pantalones satisfecho:
--a mi también me ha gustado mucho pero ahora te pido que salgas de mi habitación y calles la boca por tu bien.
Marianela no puede creer lo que ve, le parece una pesadilla:
--¿¿Qué haces tú aquí??
Con una sonrisa, Omar le dice:
--la que tiene que responder eres tú. ¿Qué haces en mi cama?
Marianela siente que eso es una pesadilla:
--¡me dijeron que este era el cuarto de Félix¡¡
--¡¡di que te querías acostar conmigo y no sabía como hacerlo. Yo lo entiendo¡¡Félix no te deja lo suficientemente satisfecha. Tú misma lo has dicho¡¡ --burlón y muy brusco.
--¡¡No sabía qué eres tú¡¡
--A ver si te cree él.
Omar le tira la ropa y le dice:
--¡¡si vuelves a ver a Félix le diré que has sido mi amante para que te trate como lo que eres¡¡si quieres te puedes acostar con Juan, Rubén o repetir conmigo pero con Félix no más¡¡
Marianela se viste llorando:
--¿Por qué me haces esto?
--¿y que te hago yo? ¡¡Bastante bueno soy que te guardo el secreto de tus cochinadas¡¡
Marianela se va . Omar se tumba en la cama satisfecho por haberse dado el gusto.

Juan está llegando al hotel. Se encuentra a Rubén muy triste sentado en recepción con un papel en la mano. Juan se acerca a él. Le pone la mano en la pierna.
--¿te ocurre algo?
Rubén no le quiere contar. Le da demasiada vergüenza. Seca sus lágrimas.
--No me pasa nada.
Rubén se levanta pero Juan no le deja ir.
--No me asustes, ¿es por algo que te dijo el médico?
Juan mira el papel que tiene en la mano.
--¿eso son los análisis?
Rubén agacha la cabeza.
--Ya sé porque me ardía tanto al hacer pis.
Rubén no se atreve a decirlo. Deja que Juan lea los análisis. Tiene gonorrea
--No se lo digas a nadie –dice avergonzado.
Juan lo abraza con cariño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario